ARTE EN LA PENUMBRA. Pictografías y petroglifos del Parque
nacional del Este. República Dominicana*.
Adolfo López Belando arqueoco@hotmail.com
El libro "El Arte en la Penumbra" ha
sido publicado por el Grupo Banco Hipotecario Dominicano y la
colaboración de Proempresa, organización dependiente
de la Union Europea. Consta de varios capítulos donde se
detalla el interés natural del Parque Nacional del Este y
un estudio completo de toda la riqueza de arte rupestre existente
dentro del área protegida. Se edita en gran formato con pasta
dura, cubre cubierta y caja de presentación. Consta de 370
páginas a todo color, con el texto impreso en español
e inglés y contiene 24 topografías de cavernas, 2
planos generales del Parque y alrededor de 1.000 fotografías
a todo color. Sin duda es una de las publicaciones de mayor calidad
y cuidado en la presentación que se han realizado sobre este
tema en el área América y el Caribe.
*En
este espacio se transcriben algunos apartes del libro, cedidos amablemente
por el autor para ser divulgados en RUPESTREWEB.
RESUMEN
El arte rupestre en la República Dominicana
presenta cotas que exceden todas las expectativas. Se cuentan por
centenares las cavernas dispersas por toda la geografía dominicana
que contienen muestras de este importante recurso cultural. Podemos
decir que en el capitulo del arte rupestre la isla de Santo Domingo
atesora la mayor acumulación de yacimientos arqueológicos
provistos de arte parietal que se conoce en todo el Caribe insular.
El Parque Nacional del Este supone un auténtico
acontecimiento dentro del campo arqueológico relacionado
con el arte rupestre. Cavernas como José Maria, Ramoncito
o Berna cuentan con centenares, y a veces con mas de mil diseños
rupestres en sus telúricas entrañas. La cantidad,
temática y calidad de estas representaciones se reflejan
fidedignamente en este libro, realizado tras más de diez
años de trabajo en las boscosas entrañas del parque.
Durante el transcurso de estas páginas el
lector puede disfrutar de la aventura de la arqueología que
discurre dentro de las entrañas de la tierra, y junto con
el autor, explorar la belleza y el significado de este hermoso patrimonio
que nos legaron los antiguos habitantes prehispánicos de
la isla de Santo Domingo.
PALABRAS DE PRESENTACIÓN
La significación del particular estilo del
arte rupestre presente en las cavernas del Parque Nacional del Este
resulta un hallazgo sorprendente dentro del marco artístico
internacional. Esta particular escuela de pintura sorprende por
la actualidad de su estilo, pues además de constituir un
conjunto artístico completamente original entre los estilos
rupestres caribeños, mantiene unas connotaciones en cuanto
a la factura de las pinturas que lo convierten en un referente muy
particular para la historia de la pintura universal.
El hecho de que los lienzos donde se plasman las
imágenes sean de piedra solamente es una particularidad coyuntural,
que no puede generar una separación de este tipo de arte
en relación con la pintura moderna, que utiliza indistintamente
superficies de tela, acrílicos y muros enlucidos o estucados.
Lo importante más que el soporte es el diseño artístico
en sí mismo, y la Escuela de la cueva de José María
solamente es parangonable con las más modernas tendencias
del arte contemporáneo europeo, presentando espectaculares
similitudes, concretamente con el trabajo de los mas reconocidos
pintores españoles, como por ejemplo Miquel Barceló
o Antoni Tapies.
Las cruces de Tapies se repiten incansables en este
estilo de pintura taina, o viceversa, así como el tipo de
composición y los contrastes de colores en sus fondos. De
Barceló seria importante destacar la forma de sus volúmenes
logrados a base de acumulaciones de pigmento en los lienzos, técnica
que los tainos del Parque Nacional del Este dominaban a la perfección,
utilizando indistintamente los relieves naturales de la roca y las
masas de pigmento aplicadas sobre la misma piedra.
En vista de lo anteriormente expuesto podemos considerar
que estas pinturas que se remontan mas de mil años en el
tiempo, rebosan de actualidad y se proyectan como uno de los mas
interesantes estilos artísticos que podemos admirar en las
pinacotecas, aunque en este caso los museos sean rabiosamente rupestres.
Así pues pongo a disposición de los
investigadores y del público en general este libro, fruto
de diez años de trabajo desarrollado en las entrañas
del Parque Nacional del Este, maravilla de la naturaleza y de la
cultura de la que somos custodios todos los dominicanos, y que esperamos
que este mismo año sea incluido en la lista de Patrimonio
Mundial de la UNESCO
ÍNDICE
A MODO DE PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
LOS TAÍNOS
EL PARQUE NACIONAL DEL ESTE
* RELIEVE
* GEOLOGÍA Y SUELOS
* HIDROLOGÍA
* CLIMATOLOGÍA
* POBLACIÓN
* VALOR ECOLÓGICO Y BIOLÓGICO
* HISTORIA Y DESARROLLO
* YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
LAS CUEVAS CON ARTE RUPESTRE
* LA CUEVA DE JOSÉ MARÍA
* LA CUEVA DE RAMONCITO
* LA CUEVA DEL PUENTE
* LA CUEVA DEL VALLE
* LA CUEVA DE LA MALAGUETA
* LA CUEVA DE BERNA
* LA CUEVA DE BIENVE
* EL MANANTIAL DEL CAYUCO
* LA CUEVA DEL VALLELICO
* LA CUEVA DE PANCHITO
* LA CUEVA DEL PILÓN
* EL MANANTIAL DE PORFIRIA
* LA CUEVA DEL HOYO DE PÍA
* EL MANANTIAL DEL GUANO
* EL MANANTIAL DE LA IGLESIA
* LA CUEVA DE LA JAVILLA
* LA CUEVA DEL HURACÁN
* EL MANANTIAL DE LA JERINGA
* EL MANANTIAL DE CHICHO I
* EL MANANTIAL DE CHICHO II
* LA CUEVA DE LIRO
* EL MANANTIAL DE LA LECHUZA
* EL MANANTIAL DE TULIO
* LA CUEVA DE LAS MARAVILLAS
CARACTERÍSTICAS GENERALES
DEL ARTE RUPESTRE PERTENECIENTE A LA ESCUELA DE JOSÉ MARÍA
* LAS PICTOGRAFÍAS
* MORFOLOGÍA DE LAS CUEVAS
* CONSTANTES DE LA ESCUELA DE JOSÉ MARÍA
* SIGNIFICADO DE LAS PINTURAS DE LA ESCUELA DE
JOSE MARÍA
LOS PETROGLIFOS
* CARACTERÍSTICAS DE LOS PETROGLIFOS DEL
PARQUE NACIONAL DEL ESTE
* CUEVAS CON PETROGLIFOS Y PINTURAS
* CUEVAS CON PETROGLIFOS ÚNICAMENTE
* DISEÑOS DE LOS PETROGLIFOS MÁS
COMUNES EN LAS CUEVAS
CONCLUSIÓN
APÉNDICE: LA ESCUELA DE BORBÓN
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
La República Dominicana es uno de los países
que más muestras de arte rupestre atesoran de todos los que
componen nuestro mundo. De las innumerables cuevas que se pueden
encontrar en su territorio, básicamente calizo, alrededor
del 25% contiene alguna manifestación artística prehispánica.
Las más frecuentes son los petroglifos, pero la abundancia
de pictografías resulta igualmente sorprendente. El estudio
del arte rupestre en la República Dominicana aún está
en una etapa muy primaria. La falta de medios de los investigadores
y lo agreste de los terrenos todavía vírgenes
donde se pueden localizar las cuevas, ha permitido que incluso hoy
resulte sumamente fácil poder vivir la experiencia de penetrar
por primera vez en una caverna repleta de muestras artísticas
olvidadas durante siglos en sus paredes.
Los últimos artífices de tanta riqueza
artística desaparecieron por completo hace ya casi quinientos
años. Estos hombres, allá por los días en que
los españoles recalaron en las aguas de esta isla a la que
nombraron La Española, fueron los taínos. No se trataba
del nombre que ellos se daban entre sí, sino que cuando se
presentaron ante Cristóbal Colón, se nombraron a sí
mismos como "taínos", que en su idioma significaba
"hombre noble" o "persona buena".
Los españoles, a falta de otra denominación
más precisa, les comenzaron a nombrar como grupo étnico
con esta palabra y así ha quedado hasta el día de
hoy, aunque algunos arqueólogos trabajan arduamente para
tratar de identificar con mas precisión las diferentes denominaciones
de los distintos grupos que poblaban Quisqueya en el momento del
contacto.
El arte rupestre en la República Dominicana
es casi tan antiguo como el poblamiento de la isla. A pesar de no
tener hasta ahora datos concretos que nos permitan fechar con exactitud
las diferentes muestras de arte rupestre que podemos encontrar en
las cuevas, abrigos y rocas dispersos por su territorio, podemos
pensar, por comparación entre éste y otros lugares
del Caribe, que los más antiguos diseños de arte parietal
se podrían remontar alrededor de 6,000 años atrás.
Estas representaciones serían precisamente petroglifos, y
se piensa que las más sencillas, en forma de cara con dos
ojos y boca, pueden ser las más antiguas.
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En algunas cuevas podemos encontrar muchos petroglifos
distintos entre los que a veces difieren mucho, tanto la técnica
de fabricación de las piezas como el tipo de representación
que se crea con ellas. Lo mismo se puede decir de las pinturas,
que generalmente vienen precedidas de petroglifos en la geografía
de las cuevas. Hasta ahora queda en el baúl de lo desconocido
la fecha de fabricación de cada tipo de diseño, qué
grupo humano realizó cada uno de ellos y cuál era
el significado preciso de todas las imágenes inmortalizadas
en la roca, ya fueran pintadas, grabadas o incluso en algunas ocasiones,
esculpidas. El gran reto que afrontamos los arqueólogos dedicados
al estudio del arte rupestre es, precisamente, contestar a estas
preguntas básicas.
En este libro vamos a reflejar simplemente lo que
a priori, pero a lo largo de muchos años y muchas cuevas
visitadas, hemos podido observar acerca del arte rupestre de la
República Dominicana. Además, vamos a centrarnos en
una zona que destaca por la increíble riqueza que posee en
el campo artístico rupestre: el Parque Nacional del Este
y su zona de amortiguamiento. Durante el transcurso de estas páginas
intentaremos dar al lector una visión lo más amplia
posible de la belleza de los diseños que los antiguos habitantes
de la vieja Quisqueya nos legaron en esta parte del país.
Para ello hemos reproducido centenares de fotografías y las
hemos acompañado de un texto sencillo donde modestamente
pretendemos tratar de buscar algunas respuestas a las difíciles
preguntas que nos sugiere el espectáculo del arte rupestre.
Este trabajo no es un árido estudio científico.
Es absolutamente un libro de divulgación, pero eso sí,
novedoso en su contenido y muy serio y documentado en sus aseveraciones.
En cualquier caso, como la mayor parte de lo que se dice está
relatado sobre la base de las fotografías que se muestran
reproducidas en estas páginas, cada cual puede jugar con
sus conocimientos y su imaginación, y sacar las conclusiones
que más apropiadas le parezcan. Nadie está en posesión
de la verdad absoluta y los que nos consideramos arqueólogos,
tampoco.
En este libro no encontrareis notas al margen ni
referencias directas sobre muchas de las aseveraciones que se incluyen.
Esto se debe al carácter divulgativo del trabajo, ya que
de estructurar el texto al modo de los estudios científicos,
se perdería el ritmo y el carácter que mantiene el
escrito. Espero contar con la confianza de quienes lo lean para
que acepten que lo que se relata cuenta con el adecuado respaldo
científico, tal como es la realidad.
También debo hacer referencia al caso de
que en una buena parte de las fotografías que se incluyen,
los petroglifos están evidenciados mediante el uso de tiza,
talco o harina. Esta técnica, según el actual sentir
de la comunidad de estudiosos del arte rupestre, ya no se considera
ortodoxa. Por ello debo advertir que la mayoría de los petroglifos
que se muestran evidenciados ya fueron alterados en años
pasados, y que otros se trabajaron en un momento en que este sistema
se consideraba aceptable por los investigadores. Mi opinión
al respecto en la actualidad coincide con el sentir general, y debo
advertir a los lectores que si observan petroglifos no deben alterarlos
de ninguna manera, ya que se ha comprobado que en el surco de los
diseños se pueden encontrar partículas microscópicas,
que son útiles para obtener fechas y otros datos que se perderían
irremisiblemente si se remarcaran con tiza, carbón u otros
métodos similares.
Para quienes se sientan atraídos por el arte
rupestre va también la advertencia de que las pictografías
son sumamente sensibles y nunca deben ser manipuladas. Tocar una
pintura es ponerla en grave riesgo de que desaparezca: tan frágiles
son estas muestras del arte de nuestros ancestros. Si se han conservado
hasta ahora se debe a que las condiciones de humedad y temperatura
de las cavernas no han sido nunca alteradas y a que sobre ellas,
debido a su aislamiento en recónditas paredes, no se han
efectuado acciones que pudiesen destruirlas. Por ello es de la máxima
importancia abstenerse de grabar inscripciones cerca de las pinturas,
tocarlas o mojarlas con líquidos para hacerlas más
visibles.
Ni que decir tiene que el sustrato cultural que
reposa enterrado en el suelo de las cuevas debe ser igualmente respetado,
ya que es allí donde se halla la información que nos
puede ofrecer datos sobre los autores de las representaciones de
arte rupestre, su forma de vida, la edad de las pinturas, la fauna
que convivía con aquellos hombres y tantas otras cosas. Solamente
arqueólogos titulados pueden realizar excavaciones que sirvan
para desvelar estos vestigios. Desgraciadamente, en la actualidad
muchos buscadores de tesoros, extractores de murcielaguina y, lo
que es peor, aficionados intrusos en el campo de la arqueología,
destruyen con mucha frecuencia los estratos arqueológicos
de las cuevas.
Os exhorto a respetar siempre estos templos de la
cultura y el arte que constituyen las cavernas: no hay oro en las
cuevas dominicanas, ni siquiera es frecuente encontrar piezas arqueológicas
de gran valor monetario, pero sin embargo los restos de huesos o
carbón y los trocitos de cerámica son un tesoro de
incalculable valor para la ciencia, que quedan completamente invalidados
cuando se sacan de su contexto.
CONCLUSIÓN
La riqueza del arte rupestre de la República
Dominicana resulta sorprendente tanto por la cantidad de yacimientos
como por su calidad. El área del Parque Nacional del Este
es una zona que representa un estilo propio de pintura con un valor
simbólico y documental bien diferenciado del resto de los
estilos con arte parietal presentes en el país. El centro
ritual taíno más importante conocido hasta la fecha
es la cueva de José María, la cual es, además,
una de las cavernas ceremoniales con arte rupestre más impresionantes
de todo el mundo, tanto por su simbolismo como por la cantidad de
pinturas que atesora. La cueva de José María contiene
más de 1,200 pictografías en su interior, sin contabilizar
las manchas ni los trazos que a priori puedan corresponder al mismo
diseño. Si los contabilizáramos, la cueva contendría
alrededor de 3,000 pictografías.
Los petroglifos son quizá los motivos rupestres
más misteriosos. Sabemos que algunos de ellos pueden superar
los 6,000 años de antigüedad, pues se han encontrado
grabados en paredes que posteriormente quedaron cubiertas de sedimentos
acumulados debido a la ocupación de las cuevas por grupos
humanos, fechados en épocas muy tempranas. El gran enigma
está en conocer quién los ejecutó, si fueron
los mismos hombres que pintaron en las cuevas o si estos ya encontraron
los petroglifos en las bocas de las cavernas cuando decidieron pintar
en su interior. Probablemente se den ambos casos simultáneamente.
Parte de los petroglifos pudieron realizarlos los mismos pintores
y es fácil que se inspiraran en petroglifos muy antiguos
que encontraron cuando llegaron a esta isla. En cualquier caso,
esperamos que la dedicación de los arqueólogos y el
tiempo nos dé la clave que resuelva definitivamente este
enigma.
Aún queda mucho por estudiar en este apasionante
campo de la arqueología. El Parque Nacional del Este se encuentra
casi inexplorado, pues la dificultad del acceso a grandes areas
en su interior ha mantenido hasta el momento sus secretos celosamente
guardados a los investigadores. Posiblemente conforme se avance
en el conocimiento de su extensa superficie obtendremos datos que
nos sorprenderán, como los que en su día nos ofreció
la cueva de José María y más recientemente
la de Ramoncito.
EL AUTOR
Adolfo López Belando es arqueólogo,
licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense
de Madrid. Desde hace once años reside en República
Dominicana, donde ha realizado importantes estudios sobre la cultura
taína. Sus trabajos se han centrado principalmente en el
arte rupestre localizado en las cavernas del país y en la
investigación del antiguo calendario taíno.
Su consideración de investigador adscrito
al Museo del Hombre Dominicano, asesor honorífico del Faro
a Colón y miembro del Patronato del Parque Nacional del Este,
avala la categoría de los trabajos que ha realizado durante
los diez últimos años en el campo de la arqueología
de República Dominicana. También es miembro del ICOMOS,
el ICOM y el Instituto de Derecho Ambiental de República
Dominicana.
Fue responsable de la preparación del
documento que el Estado Dominicano remitió a la UNESCO para
solicitar la proclamación del Parque Nacional del Este como
Patrimonio de la Humanidad, y durante el presente año 2003
ha sido galardonado en Italia con el prestigioso Premio Rotondi
a los Salvadores del Arte, en reconocimiento a sus labores de investigación,
protección y promoción del arte rupestre del Parque
Nacional del Este.
Actualmente, realiza las funciones de asesor
de cultura, medio ambiente y ecoturismo de la prestigiosa Asociación
de Hoteles Romana-Bayahibe.
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
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