Pictografías de camélidos en el Santuario Nacional
de Huayllay, Pasco
Patricia
Maita Agurto pat_maita@hotmail.com
Instituto de Bioarqueología, Lima.
Artículo presentado
en el marco del Primer Encuentro Peruano de Arte Rupestre(EPAR-1)
y Taller de Teoría, Metodología e Investigación.
Lima, 30 de junio - 7 de julio de 2004
La cronología de las representaciones
rupestres del Santuario Nacional de Huayllay
abarca desde períodos prehispánicos que se remontan
al precerámico temprano hasta épocas históricas
recientes. Este trabajo presenta un análisis preliminar de
las representaciones rupestres de camélidos registradas en
el Santuario Nacional de Huayllay, Departamento de Pasco. Asimismo,
se tomará en cuenta el contexto formado por el entorno geográfico
y los indicios sugeridos por la consulta de fuentes etnohistóricas
y etnográficas que dan cuenta de las creencias ligadas al
origen y crianza de estos animales.
La consideración conjunta
de las pictografías y el entorno geográfico permite
visualizar ciertas relaciones entre su emplazamiento y los mitos
de creación descritos por pastores de camélidos registrados
entre los siglos XVII Y XX, quienes señalan las zonas húmedas,
altoandinas, alejadas de los sitios de habitación, como lugares
de animación y creación de los camélidos. El
uso de mitos en este trabajo debe ser considerado como un catálogo
abierto de posibilidades, asimismo, tomando en cuenta también,
que esta propuesta es elaborada a partir de un solo yacimiento.
Entorno Geográfico
El Santuario Nacional de Huayllay ocupa una superficie
de 6,815 ha, albergando el Bosque de Piedras Huayllay y diversos
ecosistemas terrestres y dulceacuícolas entre los 4,100 a
4,600 msnm.
La vegetación es característica
de los macizos altoandinos, con extensos pajonales de ichu (Stipa
ichu) y pocas especies herbáceas y arbustivas, como el
queñual (Polylepis spp.). La fauna silvestre está
representada por mamíferos como el venado (Odocoileus
virginianus), zorros (Ducisyon culpaeus), vizcachas (Lagidium
peruanun), gato montés (Oncifelis colocolo), zorrillo
(Conepatus chinga), lagartijas (Liolaemus sp.) y la presencia
esporádica de pumas (Felis concolor). Existe una enorme
diversidad de aves, entre las que destacan los cernícalos
(Falco sparverius); aguiluchos cordilleranos (Buteo
poecilochrous); halcones peregrinos (Falco peregrinus);
bandurrias de la Puna (Theristicus branickii), yanavicos
(Plegadis ridwadi), huallatas (Chloephaga melanoptera
Eyton); perdices de Puna (Tinamotis pentlandii);
pollas de agua (Gallinula chloropus pauxila)
y seis especies de patos. También es posible hallar variedad
de peces en las lagunas tales como bagres (Pygidium taczanowskii)
y challhuas (Orestias elegans y Orestias empyraeus).
Foto 1.
Bosque de Rocas dentro del Santuario Nacional de Huayllay.
La litología se caracteriza
por ser roca de naturaleza volcánica y calizas sedimentarias.
La geomorfología consta de áreas pedregosas conformadas
por afloramientos rocosos, macizos, farallones, abrigos, aleros,
cuevas y planicies de pendientes suaves. También existen
diversos ecosistemas dulceacuícolas conformados por grandes
extensiones de pantanos, totorales, múltiples escurrimientos
difusos de aguas libres, bofedales, ríos y lagunas como Machaycocha,
Japurín, Shegue, Huaroncocha, Gaya, León Pata, Huascachaca,
Cajoncancha, Chaquicocha, Wampococha y Huaychaococha.
Foto 2. Laguna
Chaquicocha, en sus inmediaciones se ubica el Complejo de Arte Rupestre
Chaquicocha.
La geografía presenta inmensas
figuras pétreas que tienen formas antropomorfas y zoomorfas,
modeladas por el viento a través de millones de años.
El tipo de suelo es húmedo, poco profundo, de textura media
a fina, con bajo índice de evapotranspiración y de
baja fertilidad. La temperatura varia de -8ºC a 14ºC,
con vientos fríos durante todo el año, presentándose
frecuentes heladas y granizo. Es una zona bastante húmeda
por lo que se observa cantidades considerables de musgo y líquenes
sobre las rocas.
Es notable la ausencia de cerámica
en superficie, construcciones arquitectónicas y restos prehispánicos
que evidencien algún tipo de habitación domestica
y/o permanente en la zona.
En la actualidad, el Santuario es
habitado estacionalmente por pastores de ganado vacuno y ovino,
quienes dejan muy dispersos en el paisaje, restos de viviendas pequeñas
de planta circular construidas con piedra pircada dispuestas en
líneas horizontales y unidas con argamasa. Es posible observar
también algunos corrales de diversos tamaños de planta
irregular, elaborados con la técnica descrita. Estas construcciones
son habitadas durante toda la temporada seca (Abril-Agosto) y son
abandonadas con el inicio de la temporada de lluvia (Setiembre)
para trasladarse a zonas menos frías. Durante su estancia
dentro del Santuario, los cuidadores de ganado suelen guarecerse
en los abrigos rocosos, dejando restos de sus actividades como áreas
de quema, botellas y bolsas.
En los últimos años
el Santuario Nacional de Huayllay se ha constituido como una zona
turística debido a las particulares formaciones geológicas
y el arte rupestre. Esta Actividad viene siendo administrada por
la Comunidad Huayllina de Canchaducho y La Municipalidad Distrital
de Huayllay.
Entorno y espacio
El área geográfica
donde se distribuyen las pinturas ofrece los medios necesarios para
el asentamiento, tales como extensas áreas para la construcción
de unidades de habitación, accesibilidad a fuentes de agua,
disponibilidad de fauna y la posibilidad, aunque limitada, de cultivar
el terreno para productos altoandinos, sin embargo, no se encuentran
evidencias de ocupación humana permanente prehispánica,
sólo se han registrado al sur del Santuario, próximos
a la Laguna Chinchaycocha, a 20 Kms de distancia del Bosque de Piedras
de Huayllay, múltiples cuevas con ocupación pre-cerámica
y alfarera que relatan una ocupación intensa y constante
en estos periodos (1) (Matos 1992:
97), y en las inmediaciones de esta gran Laguna se halla el sitio
Inka de Pumpu, uno de los más grandes asentamientos de este
periodo en la región, mientras que dentro del Santuario Nacional
de Huayllay, las únicas evidencias culturales que hallamos
son pinturas rupestres ubicadas en rocas expuestas al aire libre,
aleros, abrigos y cuevas, algunos asociados a pequeños pircados
y ocasionalmente una estructura funeraria.
Cabe señalar que las cuatro
cuevas que se ubican dentro del Santuario Nacional de Huayllay,
que presentan pintura rupestre, no comparten la misma morfología
de "cámara interna y talud" ni de ubicación
estratégica en espacios abiertos que permitan amplia visibilidad
del horizonte(2), características
que han sido señaladas para las cuevas estudiadas en las
punas de Junin y Pasco con ocupación doméstica (Matos
1992, Rick 1980, Kaulicke y otros 1978). Las cuevas dentro del Santuario
sólo presentan cámara interna y se ubican en los pies
de los cerros, y contrariamente a tener una visión privilegiada
del horizonte, varias de ellas se hallan rodeadas de aglomerados
de rocas, mientras otras suelen estar en laderas de estrechas quebradas,
casi escondidas. También se diferencian en no presentar la
abundancia de material cultural óseo y lítico en superficie
(3) como ha sido descrito para Pachamachay,
Tilaniocmachay, Laive y Panualauca (Matos 1992, Rick 1983). Además
es notable las diferencias en las dimensiones del espacio disponible,
ya que las cámaras internas de las cuevas de Huayllay son
muy angostas (menor a 3 m. de longitud entre la entrada y el final
de la cavidad)(4), no siendo suficiente
para el desplazamiento de varios individuos, en el caso de haber
sido habitadas. Por otra parte, el umbral es muy amplio, entre 5
y 10 m., lo que permite la visibilidad desde el exterior y
a cierta distancia-, de las pinturas plasmadas en el interior de
las cuevas del Santuario Nacional de Huayllay.
Asimismo, aleros, abrigos y rocas
expuestas al aire libre, no presentan grandes superficies para una
ocupación constante o la realización de actividades
domésticas diarias, estos espacios presentan entre 2 y 4
m2 de área disponible bajo el abrigo de estas
rocas.
Las Pictografías
Las pictografías están
representadas sobre formaciones rocosas de naturaleza volcánica,
muchas de ellas ubicadas frente a afloramientos de agua que se dispersan
por grandes extensiones en el Santuario Nacional de Huayllay. Los
motivos constan de representaciones geométricas, antropomorfas
y zoomorfas, pintadas predominantemente en diversas tonalidades
del color rojo, y también en negro, amarillo, blanco y crema.
Las pinturas han sido ejecutadas
en paredes y techos de abrigos, aleros y cuevas, así como
en paredones expuestos al aire libre de farallones y grandes rocas
ubicados a pie de monte. La técnica de ejecución de
las pinturas generalmente es dactilar pero también hay evidencias
de la utilización de pinceles de diversos grosores. La pintura
no sólo fue utilizada para la ejecución de motivos,
sino también como soporte previo para la realización
de otros diseños, es el caso de la Cueva Paria I, donde el
color rojo fue aplicado en gran parte del panel, como fondo de una
escena de camélidos y corrales pintados en color negro (Foto
3).
Foto 3. Detalle
de Panel Paria I. Una capa de color rojo fue aplicada en gran parte
del panel. Nótese las líneas dejadas por la brocha.
La pintura ha sido aplicada diluida,
espesa y hasta en pasta -es el caso del color crema- lo que dejado
gruesas concentraciones sobre la roca (Foto 19).
USO, TÉCNICA Y DISTRIBUCIÓN
DEL COLOR EN LAS PICTOGRAFÍAS DEL SANTUARIO NACIONAL
DE HUAYLLAY
|
Color
|
Concentración
|
Técnica de aplicación
|
Distribución en yacimientos
|
Motivos representados
|
Rojo ocre
|
Concentrado
|
Dactilar, pinceles gruesos
|
Cuevas, abrigos, aleros y paredones
al aire libre
|
Camélidos
y felino
|
Rojo oscuro
|
Concentrado
|
Dactilar, pinceles finos y
gruesos
|
Paredones al aire libre.
|
Camélidos, mamíferos,
antropomorfos, geométricos
|
Rojo claro
|
Diluido
|
Dactilar, pinceles, brochas
|
Cuevas, abrigos, aleros y paredones
al aire libre
|
Camélidos,
Arácnidos e insectos.
|
Marrón
|
Concentrado
|
Pinceles finos
|
Alero rocoso
|
Camélido
|
Negro
|
Concentrado y Diluido
|
Pinceles finos
|
Cuevas
|
Camélidos, corrales,
antropomorfos, geométricos, fitomorfos.
|
Blanco
|
Concentrado y Diluido
|
Pinceles finos
|
Cuevas
y alero rocoso
|
Camélidos,
corrales y antropomorfos
|
Amarillo
|
Concentrado y Diluido
|
Dactilar, Pinceles finos
|
Cuevas
|
Camélidos,
corrales y geométricos
|
Crema
|
En pasta
|
Pinceles finos
|
Cuevas
|
Camélidos,
corrales
|
Conservación
Diversos factores han dañado
los paneles de pinturas tales como la humedad de la zona, la erosión
del viento, precipitaciones pluviales, exposición solar,
crecimiento de musgo, líquenes y escurrimientos de sustancias
calcáreas producidas por la degradación del soporte
rocoso que, en muchos casos, ha ocasionado la perdida de la capa
pictórica, exfoliaciones de la pátina y agrietamientos
de la roca.
Las alteraciones de origen antrópico
son recientes, y de alta incidencia, ya que han colocado en el 90%
de los paneles con arte rupestre, un código compuesto por
letras y números y pintado con esmalte sintético,
realizado claramente en forma errónea- por la Universidad
Nacional Daniel Alcides Carrión de Pasco (Amaro Fernández
, Máximo Roque y Dalia Roque, comunicación personal
2004) .
Tipos De Representaciones
Las Representaciones geométricas
Se tratan de arcos, círculos
con apéndices, círculos con puntos, curvas, puntos,
líneas con apéndices, espirales simples y dobles,
rectángulos con apéndices, rectángulos tabicados,
rectángulos con diseño interior y corrales. Los motivos
recurrentes son los círculos con apéndices lineales
o curvos en colores rojo y amarillo.
Los corrales se componen de líneas
que pueden ser cerradas o abiertas, con múltiples apéndices
transversales circunscritos a su perímetro, en algunos casos
presentan diseños circulares elaborados en sus extremos.
Siempre están encerrando camélidos y en algunos casos
incluyen antropomorfos en su interior. Se presentan en color amarillo,
blanco y negro.
Las representaciones antropomorfas
Las representaciones antropomorfas
son de pequeñas dimensiones y escasas. Se presentan en colores
rojo, negro y blanco. Los diseños en rojo siempre aparecen
aislados representado la silueta humana completa (Foto 4), aunque
los motivos más estilizados presentan la cabeza y el cuerpo
separados, y se caracterizan por presentar ojos y boca, siendo frecuente
que presenten uno o varios apéndices que se circunscriben
al perímetro del rostro (Foto 5).
Los diseños antropomorfos
elaborados en negro y blanco aparecen junto a corrales y camélidos,
presentándose como siluetas de cuerpos completos.
Foto 4: Antropomorfo de silueta
completa en el alero rocoso Azulmina I.
Foto 5:
Antropomorfo estilizado en el Panel Chaquicocha IV.
Las Representaciones zoomorfas
Las especies animales plasmadas
son diversas, predominando ampliamente los animales que tuvieron
importancia económica como los camélidos, y otros
mamíferos de origen local como venados y vizcachas. También
se hallan representaciones en menor porcentaje de reptiles, arácnidos
e insectos pertenecientes al entorno geográfico de Huayllay.
Además se halla en este espacio altoandino- figuras
de fauna foránea como una gran imagen de un otorongo (Phantera
onca), animal de habito carnívoro procedente de ambientes
amazónicos, pintado en el Alero rocoso Paria II (Foto 13).
Fauna típica del Santuario
Nacional de Huayllay y su representación en el Arte
Rupestre
|
Nombre científico
|
Nombre común
|
Tipo de Yacimiento
|
Paredones al aire libre
|
aleros
|
abrigos
|
Cuevas
|
Familia Camelidae
|
Camélido
|
Si
|
Si
|
Si
|
Si
|
Familia Cervidae
|
Venado
|
Si
|
Si
|
-
|
-
|
Ducisyon culpaeus
|
Zorro
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Lagidium peruanum
|
Vizcacha
|
-
|
-
|
Si
|
-
|
Oncifelis colocolo
|
Gato montés
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Conepatus chinga
|
Zorrillo
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Felis concolor
|
Puma
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Liolaemus sp.
|
Lagartija
|
-
|
Si
|
-
|
-
|
Aves
|
Aves
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Osteichthyes
|
Peces
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Fauna Foránea representada
en el Arte Rupestre del Santuario Nacional de Huayllay
|
Nombre científico
|
Nombre común
|
Tipo de Yacimiento
|
Paredones al aire libre
|
Aleros
|
Abrigos
|
Cuevas
|
Panthera Onca
|
Otorongo
|
-
|
Si
|
-
|
-
|
Foto 6. Un
cérvido, una lagartija y un diseño geométrico
en el alero rocoso Chaquicocha III.
Grafico 1.
Diseños de arácnidos e insectos en el Abrigo rocoso
Chaquicocha IV.
Las Representaciones de camélidos
Los camélidos constituyen
el 66% de los motivos rupestres prehispánicos del Santuario
Nacional de Huayllay, observándose en todos los paneles registrados.
Estas representaciones se distribuyen en paredes de cuevas, aleros,
abrigos y paredones expuestos al aire libre, y, en su mayoría,
están pintadas de diversas tonalidades de rojo y alcanzan
grandes proporciones.
Los diseños de camélidos
se han clasificado en tres estilos: el naturalista, donde las representaciones
de los cuerpos de los animales guardan similitudes en forma y proporción
con sus referentes actuales; el seminaturalista, donde la representación
enfatiza en el tamaño del vientre, el cual se muestra ensanchado
dando la impresión de robustez o de gestación, dejando
en segundo plano, o en menor importancia, las cabezas, cuellos,
patas y cola; y finalmente, el representaciones estilizadas, generalmente
presentando cuerpos elípticos alargados y anchos, muy esquemáticos.
Los dos primeros estilos comparten dos variaciones de acuerdo a
la presentación del cuerpo: completamente pintado o silueta.
Foto 7. Representación
Estilizada de camélido en el techo del Abrigo Chaquicocha
III
Las implicancias cronológicas
de esta segregación (de momentos tempranos a tardios) son
expuestas en el siguiente cuadro:
CRONOLOGÍA RELATIVA
EN BASE A LA SUPERPOSICIÓN DE ESTILOS DE
LOS CAMÉLIDOS EN LAS
PICTOGRAFÍAS DE HUAYLLAY.
|
Etapas
|
Estilo
|
Proporción
|
Medidas
|
Colores
|
Contexto
de Representación
|
Espacio
|
1
|
Seminaturalista
|
Grandes proporciones
|
Entre 1.50 y 2.10 mts de largo
|
Rojo ocre y oscuro
|
Camélidos aislados o
agrupados
|
Paredones al aire libre, cuevas
|
Naturalista
|
Grandes proporciones
|
Entre 1.04 y 2.65 mts de largo
|
Rojo ocre, oscuro, claro y
marrón
|
2
|
Figurativo
|
Grandes proporciones
|
Entre 1.49 y 1.52 mts de largo
|
Rojo claro
|
Camélidos Agrupados
|
Paredones al aire libre, cuevas,
aleros, abrigos
|
Medianas proporciones
|
Entre 32 y 96 cm de largo
|
Rojo claro
|
Camélidos aislados o
agrupados
|
3
|
Naturalista
|
Mediana proporción
|
33 cm de largo
|
Blanco
|
Camélido aislado
|
Alero
|
Dimensiones pequeñas
|
Entre 4 y 11 cm de largo
|
Rojo
|
Escenas de camélidos
y corrales
|
Alero
|
Negro, amarillo, blanco, crema
|
Escenas de camélidos,
corrales y antropomorfos
|
Cuevas
|
La gran mayoría de las representaciones
suelen mostrar a los camélidos en grupos de más de
cinco individuos, en actitud de correr, siempre vistos de perfil.
Las asociaciones de camélidos con otros motivos (geométricos
o antropomorfos) son escasas, y si se presentan, los camélidos
son de menores dimensiones (entre 4 y 11 centímetros) y constituyen
complejas escenas pintadas en colores negro, blanco, amarillo o
crema, donde se plasman camélidos, corrales y ocasionalmente
hombres (Fotos 17, 18 y 19).
Los camélidos de grandes
proporciones son sólo rojos y generalmente abundan en paneles
de exposición al aire libre, pero no han sido exclusivamente
pintados en ellos, pues muy pocos se hallan en cuevas, con la característica
que los grandes camélidos pueden ser vistos desde el exterior
de estas. Camélidos de tamaños muy pequeños
son, generalmente, encontrados en cuevas, y casi siempre tienen
escenas asociadas a corrales y antropomorfos, a la vez, que son
estos espacios los que presentan mayor concentración de diseños
y colores.
Cabe señalar que este análisis
no pretende hacer una caracterización de las especies de
camélidos pintadas en Huayllay. Aunque sería ventajoso
conocer el origen silvestre o doméstico de los camélidos
plasmados, ya que nos permitiría inferir el contexto económico
en que se realizaron las pinturas -mientras grupos de cazadores
sólo pudieron pintar guanacos y vicuñas, los pastores
y/o ganadores incluirían además en sus motivos los
camélidos domésticos (llamas y alpacas)- e incluso
podríamos establecer una cronología relativa mucho
más afinada de los estilos y yacimientos, lo cierto es, que
es casi imposible hacer identificaciones taxonómicas en una
representación que tiene mucho o todo de subjetivo y mas
aun que no presentan rasgos diagnósticos. Sólo podemos
indicar que ambos grupos, cazadores y pastores, comparten la misma
preocupación por el beneficio y aumento de los camélidos,
que trae consigo alimento, beneficio y seguridad para la población,
especialmente aquellas emplazadas en zonas altoandinos, considerando
los recursos limitados que brindan las grandes alturas.
Los yacimientos de Huayllay
Complejo Chaquicocha
Este complejo está formado
por 4 yacimientos que se localizan en abrigos rocosos y paredones
expuestos al aire libre de farallones ubicados entre los 4,109 y
4,172 msnm. Agrupa a los paneles de Uquruyoc y Chaquicocha I, II,
II y IV.
Uquruyoc
Es un farallón rocoso ubicado
en faldas medias del Cerro Calvario, a 4,109 msnm, frente al río
Ricrao y una explanada con riachuelos dispersos cerca al antiguo
camino de Herradura que se dirige hacia Canta, próximo a
la Laguna Chaquicocha.
Este farallón exhibe en su
parte baja un panel expuesto al aire libre, de 10.14 metros de largo
por 2.35 metros de alto. Se compone de 25 camélidos dispersos,
representados de formas naturalistas, seminaturalistas y figurativas
que han sido pintados en diferentes momentos en tonos rojos oscuros
y claros (Foto 8). Muchos de los diseños han perdido parte
de la capa pictórica debido a los procesos de exudación
del soporte rocoso, pero aún así se puede reconocer
las formas de los animales. Los cuerpos son cuadrúpedos y
se presentan de perfil, orientados hacia la derecha, con las patas
flexionadas dando la impresión que están corriendo.
En diversos momentos se han agregado
nuevos camélidos al panel, también en diversas ocasiones
varios de los diseños han sido retocados y repintados y,
en un caso, se cambió la dirección del cuerpo del
animal pues de un estilo naturalista rojo ocre que estaba orientado
hacia la izquierda, se pintó sobre los mismos trazos un camélido
de estilo figurativo rojo claro orientado hacia la derecha.
Las dimensiones de los camélidos
varían, el más grande llega a medir 1.49 metros de
largo por 1.08 metros de alto, mientras el más pequeño
alcanza 16 cm de largo por 31 cm de alto.
Foto 8.
Gran Panel de Uquruyoc, dentro del Complejo Chaquicocha
Chaquicocha I
Este panel se ubica en la parte
inferior de un farallón de naturaleza volcánica, donde
se han representado cuerpos de camélidos con vientres pronunciadamente
anchos y cuerpos completamente pintados. Las dimensiones fluctúan
entre 1.30 metros de largo por 1.60 metros de alto para el camélido
más grande y 0.30 metros de largo por 0.50 metros de alto
para el motivo más pequeño (Foto 9).
Las representaciones son naturalistas
y semi naturalistas, de perfil y el cuerpo orientado hacia la derecha.
Este panel se caracteriza por presentar agrupamientos de camélidos
en pareja, uno encima del otro, dando la impresión de apareamiento
entre los animales.
Se observan dos tonalidades de rojo
usadas: rojo ocre y rojo claro. Estas tonalidades corresponden a
momentos distintos ya que la pintura rojo claro superpone al rojo
ocre que representa a los grandes camélidos.
Foto 9.
Panel Chaquicocha I
Chaquicocha II
Es la pictografía más
grande del Complejo Chaquicocha, mide aproximadamente 2.30 metros
de largo por 2.00 metros de alto (Foto 10). Se trata del cuerpo
completo de perfil de un camélido bípedo, pintado
en rojo claro. Presenta cuello corto y delgado, cabeza pequeña
con hocico y una oreja, patas poco pronunciadas y ausencia de cola.
Esta representación ocupa todo el soporte disponible y posible
de pintar del farallón rocoso. Frente a este diseño
se observa un discurrimiento de aguas libres. La pictografía
ha sido ligeramente dañada por la exfoliación de la
patina rocosa y la presencia de líquenes.
Foto 10.
Panel Chaquicocha II
Complejo Vicuñapintasha
El Complejo Vicuñapintasha,
abarca ambos márgenes de la Quebrada Vicuñapintasha,
ubicada a 4193 msnm. Forma parte del circuito turístico Nº
2 del Santuario Nacional de Huayllay. Este complejo está
formado por 8 paneles que se distribuyen entre aleros rocosos, cuevas,
abrigos y rocas aisladas con representaciones geométricas
y zoomorfas, en donde abundan los camélidos de grandes tamaños.
Destacan los siguientes paneles:
Vicuñapintasha I
El panel Vicuñapintasha I
es un paredón al aire libre de una gran roca, ubicada en
la margen izquierda de la Quebrada Vicuñapintasha, se enmarca
dentro de un área pedregosa, junto a una explanada con discurrimientos
de aguas libres y al camino de herradura que se dirige hacia el
poblado de Canchaducho. El panel presenta tres camélidos
de grandes proporciones, de perfil y pintados de rojo claro (Foto11).
El estilo es naturalista, dos muestran cuerpos completamente pintados,
mientras el más grande de ellos exhibe la silueta del cuerpo
que incluye líneas verticales en su interior, sus proporciones
alcanzan los 2.65 m. de largo por 2.15 m. de alto siendo el camélido
más grande hasta ahora registrado para los Andes Centrales.
Los cuerpos de este panel se posicionan
en tamaños ascendentes de izquierda a derecha, posiblemente
reflejando las distintas etapas del desarrollo del animal: tierno,
joven, adulto (5).
Foto 11.
Grandes camélidos del Panel Vicuñapintasha I.
Vicuñapintasha IV
Vicuñapintasha IV es una
pequeña cueva ubicada en la margen derecha de la Quebrada
Vicuñapintasha. Al interior de esta concavidad se ubica un
panel de 7.60 m. de largo por 2.00 m. de alto que puede ser observado
completamente desde el exterior de la cueva. En este figuran representaciones
de camélidos de colores rojo ocre y algunos motivos geométricos.
El más representativo de los diseños está constituido
por un camélido de grandes proporciones, cuyas dimensiones
alcanzan los 2.20 metros de largo por 1.40 metros de alto, presentándose
de perfil y con las patas flexionadas, dando la impresión
que está en movimiento (Foto12).
Foto 12.
Camélido de estilo naturalista pintado en la Cueva Vicuñapintasha
IV.
Complejo Paria
Este complejo se compone de una cueva y un alero
rocoso con pictografías, a 4281 msnm, en un área extremadamente
rocosa, rodeada de ichu y suelos húmedos.
Paria I
Esta cueva presenta un panel de
9.00 metros de largo por 2.10 metros de alto, donde se observan
múltiples pictografías elaboradas en colores rojo,
negro, blanco, amarillo y crema.
En ella se observan diversas representaciones
de camélidos. Los grandes camélidos se presentan en
estilos naturalistas, aislados y pintados en rojo ocre. Los camélidos
más pequeños se presentan en escenas que incluyen
corrales. Los más pequeños son blancos, y presentan
estilos figurativos, mientras que los camélidos pintados
en color negro también son pequeños pero se presentan
en estilos naturalistas y cuerpos completamente pintados.
Paria II
Este panel se ubica en un alero
rocoso, a escasos 30 metros de la cueva Paria I, desde donde se
puede observar los diseños pintados al interior de la cueva.
Este alero contiene representaciones
de mamíferos, entre los que cuentan representaciones pequeñas
y medianas de camélidos en color rojo claro (entre 10 y 37
cm de largo), los que se ubican en la parte inferior de dicha roca,
e inmediatamente en su parte superior se encuentra un felino de
grandes proporciones (Foto 13). Este felino mide 2.19 metros de
largo por 0.89 metros de alto, presenta un estilo naturalista, pintado
en rojo ocre. Se presume de la especie Panthera onca,
conocido como jaguar, otorongo o uturuncu, debido a las características
manchas que presenta a lo largo del lomo, similar a los anillos
o "rosetas" que presenta el felino amazónico, siendo
así el único carnívoro y la única especie
de selva húmeda representada en las punas de Huayllay (6).
Foto 13.
Imagen de Otorongo sobre el alero rocoso Paria II.
Gaya
Este Alero rocoso se ubica en las
faldas del Cerro Gayarangra, frente a la laguna Gayacocha, dentro
de la Cooperativa Huayllay, a 4400 msnm. Este alero alberga un panel
de 4.60 metros de largo por 3.15 metros de alto, junto a una estructura
funeraria de planta cuadrangular con esquina curva, que muestra
en superficie algunos huesos humanos dispersos.
Este panel presenta dos momentos
prehispánicos, difíciles de cronologizar debido a
que no hay superposición de los diseños, pero se distinguen
dos momentos a partir del estilo y el uso diferenciado de las tonalidades
de rojo. Entre los motivos zoomorfos destacan los camélidos
de estilo naturalista pintados de color rojo ocre, mientras los
camélidos de estilo figurativo están pintados en rojo
claro, siendo el más grande de 1.94 metros de largo por 1.02
metros de alto.
En las proximidades de este yacimiento
se ubican otros pequeños abrigos que no presentan representaciones
rupestres, pero se observan escasos y dispersos huesos de camélidos
en superficie, muy bien conservados, sin huellas de corte, quema
y/o fractura que permitan sugerir situaciones de consumo humano
de tipo domestico.
Complejo El Diezmo
Este Complejo se ubica en la Cooperativa
de Pari, al norte del Santuario de Huayllay, a 4,095 msnm, y próximo
a cursos de aguas libres y zonas pantanosas.
Varios son los paneles que lo componen,
muchos de los cuales muestran múltiples manchas como restos
de pinturas que no se conservaron debido a la severidad climática
de la zona.
Uno de los diseños más
destacables y mejor conservado se encuentran en un panel rocoso
de 5.90 metros de largo x 5.00 metros de alto, que muestra varios
momentos de ejecución y de reutilización no sólo
del panel sino también del diseño. Este panel muestra
a dos camélidos de grandes proporciones (el mas grande de
ellos mide 2.14 metros de largo por 1.88 metros de alto), pintados
en estilo naturalista con rojo oscuro, uno encina de otro, el de
abajo dirigido hacia la izquierda, y el de arriba dirigido hacia
la derecha, siendo este ultimo modificado posteriormente ya que
se le agregaron líneas verticales de color rojo claro al
interior del cuerpo, una expresión que aparece con los camélidos
de estilo figurativo. Estos motivos hacen recordar a las illas utilizadas
en los ritos propiciatorios ganaderos (Foto 14).
Foto 14.
Panel con camélidos, Complejo El Diezmo.
Complejo Azoguemina (o Azulmina)
Este complejo esta conformado por
tres paneles que se ubican en aleros rocosos y una cueva situados
entre 4,195 y 4,223 msnm. Próximo a ellos, a escasos 200
metros, se halla una cantera de azogue que aflora en superficie,
la que pudo haber brindado la materia prima necesaria en la elaboración
de los pigmentos.
Foto 15.
Cantera de azogue ubicada dentro del Santuario Nacional de Huayllay,
actualmente en desuso. La extracción se realizó con
la técnica de media barreta.
Azoguemina I
Este alero presenta un panel de
12 metros de largo por 2.5 metros de alto. Está compuesto
por diversos diseños geométricos, zoomorfos y antropomorfos
de épocas prehispánicas y colonial, abundando estas
ultimas, mientras los motivos prehispánicos se presentan
escasos, pequeños y se ubican en la parte inferior del panel.
Aquí destacan los camélidos entre 27 y 64 cm de largo,
pintados en color rojo claro, de estilos naturalistas y figurativos,
los cuales han sido agrupados posteriormente por un corral blanco
de 1.06 metros de longitud.
Azoguemina II
Este alero rocoso tiene un panel
de 5.10 metros de largo por 2.40 metros de alto. Se muestran tres
camélidos dirigidos hacia la derecha, dos medianos de estilos
naturalistas y figurativos, y un camélido grande de 1.85
metros de largo por 1.36 metros de alto, pintado en estilo naturalista
con color rojo claro, el cuerpo está completamente pintado,
presentando posición de caminata y un vientre ensanchado
que muestra estado de preñez (Foto 16).
Foto 16. Camélidos
de estilos naturalistas y figurativos en el Panel Azoguemina II.
Azoguemina III
Esta cueva tiene una cavidad de
13.70 metros de largo por 1.60 metros de alto y presenta tres paneles
en su interior, destacando los motivos de camélidos. Los
camélidos de estilos naturalistas están pintados en
rojo ocre, mientras los de estilo figurativo presentan un rojo claro.
Asimismo se haya dos corrales pintados en blanco que superponen
a los camélidos. Estos corrales están delimitados
en sus extremos por motivos circulares que podría señalar
estructuras, a su vez en su interior se han representado entre 5
y 8 camélidos, preñados, que presentan puntos en su
interior, junto a dos antropomorfos. En la escena se puede apreciar
la existencia de hasta 11 camélidos fuera del corral.
Foto 17.
Corral encerrando camélidos y antropomorfos en la Cueva Azoguemina
III. Este diseño se superpone a un camélido rojo de
53 cm de largo por 36 cm de alto.
Complejo Acaqyomachay
Este complejo está formado
por una cueva y un abrigo rocoso, ubicados a 4,209 msnm. El panel
mas variado se encuentra dentro de una cueva, tiene 8 metros de
largo por 2.20 metros de alto. Se distinguen 61 diseños,
los que se distribuyen entre camélidos aislados de colores
rojos y tres escenas de corrales, camélidos y antropomorfos
pintados en colores negro, amarillo y crema, acompañados
de diseños geométricos como espirales simples y dobles,
triángulos, insectos, y motivos geométricos abstractos.
Los diseños cremas parecen estar hechos con alguna resina,
ya que ha dejado una capa gruesa sobre la superficie rocosa (Foto
19).
Los camélidos pintados en
rojo son escasos y miden 33 cm de largo por 36 cm de alto, mientras
abundan los camélidos de colores negro, amarillo y crema,
que se presentan de menores dimensiones (10 cm. de largo en promedio)
y se distribuyen en tres escenas de corrales junto a antropomorfos
(Fotos 18 y 19).
Foto 18.
Detalle de camélido asociado a corral, en Cueva Acaqyomachay
I. Los diseños negros superponen a motivos rojos.
Foto 19.
Camélidos en color amarillo dentro de un corral, superpuestos
a diseños rojo. Cueva Acaqyomachay I.
Foto 20.
Camélido seminaturalista con puntos interiores. Alero Rocoso
Acaqyomachay II.
Los camélidos en el arte rupestre altoandino
Los camélidos han sido representados
de múltiples formas por diferentes culturas dentro y fuera
de la zona altoandina de Pasco. Seguramente estas variadas representaciones
de camélidos radica en una concepción valorativa,
ya que este animal fue de importancia económica para las
poblaciones dependientes de la caza y aun más para los pastores,
llegando así a formar parte principal de los ritos propiciatorios
en todas las sociedades andinas, por lo que su representación
en la iconografía es recurrente, y mas aún en las
zonas de Junín y Pasco donde las pictografías de camélidos
alcanzan proporciones y semejanzas excepcionales. Su distribución
en el paisaje ha sido mencionada en sitios como Rumichaca (Morales
1993: 289), Kellka-Wasi (Matos y Rick 1978-80: 30, Ravines 1986:
36), Chuquisaca (Matos y Rick 1978-80: 49, Rick 1983: 184-185, figura
54), Pampacancha (Rick 1983: 183), Japurin (Ravines 1986: 48), Huaylashuanca
(Ravines 1986:35) y Cuchimachay (Rick 2000: 17, figura 3), donde
se hallan pinturas rupestres de grandes camélidos pintados
en rojo, de estilos naturalista, en posición de perfil y
en actitud de correr, la gran mayoría ubicados encima de
los 4,100 msnm y algunos de ellos ubicados en orillas de lagunas
(Ravines 1986: 48).
Las representaciones de camélidos
en Junín han sido generalmente explicadas desde la concepción
mágico-religiosa del cazador en su preocupación por
el éxito de la cacería y la obtención de animales
(7) (Matos y Rick 1978-80; Rick 1983,
2000; Ravines 1986), sin embargo hay que considerar que el interés
por la obtención y conservación de los animales es
compartido por los pastores y ganaderos y son precisamente los criadores
de camélidos quienes realizan complejos rituales propiciatorios
y se encomiendan a la protección o patronato de las divinidades
para asegurar el bienestar y reproducción del rebaño
que tienen a su cargo (Flores 1978), pero independientemente del
contexto económico en el que las representaciones fueron
pintadas, estas simbolizarían la relación que hay
entre el hombre altoandino y el mundo sobrenatural, a la vez que
refleja la búsqueda de la conservación y bienestar
de los rebaños así como su incremento.
La representación de rebaños
de camélidos de grandes proporciones, abundantes, en estado
de robustez o preñez y de distintas edades conduce a la idea
de fertilidad, reproducción y circulación de fuerzas,
así como tal vez a la noción de identidad grupal,
ya que estos grandes camélidos predominantemente rojos sólo
son conocidos dentro del arte rupestre de la sierra central peruana,
algunos próximos a fuentes de agua y generalmente sobre los
4,100 msnm, no tienen correlato con representaciones iconográficas
cerámicas ni en otro soporte, lo que indica que no fue un
icono generalizado, y que este tipo de símbolos era dirigido,
aceptado y comprendido por personajes muy especializados a quienes
les preocupa el beneficio y prosperidad del ganado, especialmente
considerando el panorama altoandino, donde el pastoreo, tal vez,
es la única actividad capaz de sostener poblaciones humanas
permanentes, teniendo en cuenta los restringidos recursos vegetales
y animales de las grandes alturas.
Mitos ganaderos, entorno geográfico
y representaciones rupestres
Desde un punto de vista simbólico
la abundancia de representaciones de camélidos ubicadas fuera
de los espacios de uso cotidiano y en actitud de correr, evocarían
las fuerzas salvajes del espacio no doméstico, reproducen
un mundo no socializado e indómito, las fuerzas vivas de
la naturaleza ligadas con los espacios salvajes y no cultivados.
Las fuentes etnohistóricas y etnográficas señalan
que los espacios salvajes son fuentes de fertilidad y de concentración
del principio vital que anima a los organismos vivos, son espacios
que al estar no socializados concentran las fuerzas sagradas de
la naturaleza (Taylor 1987[¿1608?], Duviols 1974-76, Flores
1977, Gow 1974, Nuñez 1969-70, Bouysee-Casagne y otros 1987,
Zuidema 1989). Estas fuerzas de la naturaleza son conocidas entre
los pastores de camélidos como enqa o enqaychu,
el principio generador y vital, el origen de la felicidad, el bienestar
y abundancia para el ganado (Flores 1977: 218, Gow 1974:67, Núñez
1969-70: 160). El enqaychu (8) tiene
origen divino y está representado por formaciones de rocas
que muestran apariencia similar a animales, se les conoce como illa
cuando están personificados por figuras de piedra o arcilla
cocida con formas de animales (Núñez 1969-70: 160).
Las pictografías de Huayllay
parecen estar inspiradas en un mundo simbólico, que anima
a los camélidos, y que busca su reproducción y aumento.
Son varios los mitos de origen de pastores que permiten explicar
la presencia y abundancia de representaciones de camélidos
en sitios altoandinos superiores a los 4000 msnm, en áreas
agrestes, alejadas de los asentamientos, fuera de los valles de
cultivo y ubicadas en zonas húmedas, siempre relacionando
el origen de los camélidos con el agua y la niebla. El relato
más antiguo del vinculo camélido-agua-niebla es el
mito de la Yacana, descrito por el Padre Ávila en el Manuscrito
Quechua de Huarochiri del siglo XVII (Taylor 1987). La Yacana es
relatada como una mancha negra que camina en medio del cielo, es
quien transmite la fuerza vital a las llamas y la abundancia de
lana:
..Se dice que la Yacana solía
beber agua de cualquier manantial y, si un hombre en su suerte
tenía ventura caía sobre él. Mientras que
la Yacana con su enorme cantidad de lana, lo aplastaba, otros
hombres arrancaban la lana... Si no tenía llamas el hombre
afortunado compraba algunas sin tardar y adoraba en el lugar
donde sus compañeros habían visto la Yacana...
A media noche sin que nadie lo sepa, esta Yacana bebe toda el
agua del mar. De no hacerlo inmediatamente el mar nos inundaría
a nosotros y al mundo entero.. (Taylor 1987 [1608?]: 425-432).
Etnográficamente, los mitos
recogidos por Flores Ochoa (1977) en diversas localidades ganaderas
de camélidos altoandinos, señalan similitudes de los
mitos, en la recurrencia de la asociación camélido
agua, y la importancia de los sitios alejados y de grandes
alturas, así como deja al descubierto la supervivencia y
vigencia (además de modificaciones) de los mitos a través
del tiempo. Así relatan sus informantes:
Las alpacas y llamas se encuentran
dentro del ukhu pacha, en el interior de los cerros mas
elevados y cuando mueren regresan a estos lugares
La
manera de aumentar el rebaño es invocándolas para
que salgan a la tierra por sus paqarinas que son los
manantiales, lagunas y otros sitios húmedos cerca de
los cerros mas elevados, lugares propicios que poseen piedras
de colores y formas especiales que poseen poder fecundador (Flores
1977: 153).
No se sabe bien el origen de
la alpaca, pero dicen que en el may timpu (en los orígenes
de la humanidad), salieron de los manantiales y de los sitios
donde hay agua, cerca de los nevados y que en el futuro, cuando
lleguen las señales y el tiempo, también se volverán
a ir por los mismos manantiales... También por ahí
vinieron los enqa, uno se los encuentra cuando
camina por las partes altas de los cerros, en los sitios donde
hay manantiales, por las peñoleria y los sitios fangosos.
(Flores Ochoa 1977: 219-222).
A la vez señala que:
Estos enqas se
encuentran entre las brumas y la neblina, en los sitios más
despoblados donde nadie vive, en las alturas más grandes,
donde sólo hay neblina y cerca de la nieve. Esta tiene
la forma de una alpaca y desaparece en la neblina o entra en
los manantiales. En su lugar queda una piedra, el que la encuentra
le cambia la suerte y sus animales se multiplican (Flores Ochoa
1977: 220).
Creencias similares han sido registradas
por Núñez del Prado en la comunidad actual de Qotobamba,
donde los pobladores señalan la existencia de un enqaychu
en la parte alta de la comunidad que cobra vida en las noches durante
las fases lunares de wañu y pura y fecundan a las hembras
del rebaño, además durante las fases lunares baja
a beber agua hasta el Hatum-Mayo (Nuñez 1969-70: 160).
Asimismo en la comunidad de Curahuasi,
Abancay, se dice que las illas cobran vida en las tardes que desciende
la niebla y recorren los rebaños fecundándolos (Núñez
1969-70: 160)
Como se observa hay un fuerte vinculo
entre camélidos-agua-niebla, y asociar las zonas altas de
los cerros como lugares de origen de estos animales, lugares alejados,
despoblados, con neblina y nieve, con manantiales y zonas húmedas
como paqarinas. Es posible que similares mitos de origen
propiciaron la plasmación y la abundancia de las representaciones
de grandes camélidos en el Santuario Nacional de Huayllay
y en otras zonas altas de la puna, alejados de las habitaciones
y de los valles y zonas de producción, es por eso su recurrencia
de encontrarlas en alturas mayores de 4,100 msnm.
A su vez es importante citar la
información recuperada por Duviols de los archivos de la
Compañía de Jesús en Roma, donde se mencionan
los ritos y creencias de la Provincia de Chinchaycocha (Junín),
escrita por Fabián de Ayala en 1613, donde el informante,
al describir la fiesta de la llamas "la llamaya", señala
que entre cantos invocaban a tres lagunas: Urcucocha, Chocllococha
y Chinchaycocha quienes eran las creadoras de las llamas (Duviols
1974-1976: 283). Cabe señalar que la laguna Chinchaycocha
se ubica al sur del Santuario Nacional de Huayllay, a sólo
19 km, y comparte con este lugar las mismas condiciones históricas,
culturales y geográficas, que pudieron haber influido también
en la realización de las múltiples pictografías
en Huayllay.
Este mismo texto informa sobre las
illas, señala que quien las tuviese
aquellas tendria mucha hazienda
y ganado de la tierra ques la riqueza que los yndios mas estiman...Esta
tenian en sus casas y la adorauan y sacrificauan de la manera
que queda dicho cuyes y corderos y tenian muchos trapillos con
poluos amarillos y colorados de llimpi del azogue y de otras
cosas con las quales embarnizauan las illas y se los fregauan
y les soplauan aquellos colores que era el modo de sacrificalles
(Duviols 1974-1976: 283-284).
Consideraciones Finales
Las pictografías de camélidos
del Santuario Nacional de Huayllay señalan los conceptos
de reproducción, fertilidad y abundancia, son representaciones
concretas de la fuerza vital de los camélidos. Su ubicación
y abundancia en la zona altoandina responde a la particularidad
del entorno geográfico, que cumple con las características
definidas por los mitos de origen de los camélidos.
Las representaciones rupestres de
camélidos cumplieron las funciones que los enqas
y enqaychus contemporáneos cumplen, el de promover
la fertilidad, abundancia y bienestar para el ganado, asegurando
así prosperidad para el hombre altoandino. La plasmación
de estas representaciones en el particular entorno geográfico
del Santuario Nacional de Huayllay es sugerente respecto a los mitos,
por lo que se puede sugerir que los relatos, además de ser
explicados por medio de la palabra, también usaría
el marco ambiental como medio visual.
La vigencia de los mitos muestran
la asociación de los camélidos con el agua y la neblina,
tal como lo muestran el mito de la Yaqana descrito en el manuscrito
de Huarochirí y las creencias de los pastores de camélidos
de inicios del siglo XX. La plasmación de estos animales
cerca de fuentes de agua, cubiertos de neblina, a grandes alturas
y en lugares alejados de habitaciones humanas, coincide con las
características de los lugares de origen de camélidos
señalados en los relatos míticos por diversos criadores
de camélidos, lugares de donde proviene la fuerza vital de
los animales, lo que convierte a estos espacios geográficos
en áreas de circulación de fuerzas, un espacio sacro
que permitía la realización de rituales relacionados
con el beneficio, abundancia y prosperidad de los rebaños
de camélidos. El reuso de los paneles en diversos momentos
y el retoque de los motivos, entendido como el interés de
preservar no sólo el contenido sino también el significado,
confirma la sacralidad y funcionalidad del espacio. Adicionalmente
es tentador sugerir que la geomorfología del Santuario Nacional
de Huayllay, con sus grandes piedras y múltiples e impresionantes
figuras humanas y zoomorfas haya influido en gran parte en la constitución
de este espacio sagrado.
Finalmente, en este escenario de
invocación de fuerzas naturales emerge la imagen del gran
felino, único representante de fauna foránea e importante
símbolo de la ideología andina (9),
comúnmente asociado con tiempos y lugares de transición
y de transformación (Zuidema 1989: 307), animal al que hay
que venerar por ser representante del granizo (10),
fuerza que combatir por ser depredador de llamas (Zuidema 1989:
317-318) y divinidad suprema y progenitor de los mas poderosos
animales de la creación ... que originaba y controlaba los
grandes poderes de la naturaleza (Tello 1923: 304).
En conclusión, la totalidad
de las imágenes rupestres del Santuario Nacional de Huayllay
pueden ser vistas desde la mistificación del medio ambiente.
NOTAS
1.Pachamachay
es la cueva mas conocida de la región altoandina de la sierra
central, carece de arte rupestre en su interior, sin embargo ha
sido objeto de significativas excavaciones arqueológicas
llevadas a cabo inicialmente por Ramiro Matos entre 1969-1973 y
posteriormente por Jhon Rick en 1974 y 1975, quienes determinaron
una ocupación domestica e ininterrumpida de la cueva que
va desde el pre-cerámico en sus niveles mas tempranos y posteriormente
una ocupación pastoril-alfarera que, en volumen, ocupa el
40% del contenido del basural de la cueva (Matos 1992: 96-98). Otras
cuevas dentro de la región son Panalauca (Matos 1992:103)
Ushcumachay (Kaulicke y otros 1978), Laivemachay, Varanomachay y
Sacra Familia (Matos 1992:101-103), que muestran en su talud basurales
arqueológicos de 1.00 a 2.80 metros de profundidad con grandes
concentraciones de elementos culturales que van desde el pre-cerámico
hasta el final del formativo, e inclusive en algunos casos encontrando
cerámica inca como el caso de la cueva Canchayllo-Pachacayo
en el Departamento de Junin (Matos 1992: 101). Esta densidad ocupacional
de las Punas de Junín y Pasco en tiempos preceramicos ha
sido señalada también por Hurtado de Mendoza, quien
ha registrado 70 sitios que incluyen mas de 200 cuevas, abrigos
rocosos y localidades abiertas (Hurtado de Mendoza 1977: 198). No
sólo las cuevas presentan ocupaciones importantes, abrigos
como Piedras Gordas, a 50 kms de Huayllay, (Hurtado de Mendoza 1977)
y Telarmachay, a 80 kms de distancia (Lavallée y otros 1982),
presentan depósitos con restos óseos y líticos
de cantidades considerables asignados al periodo preceramico y formativo,
con algunas intrusiones funerarias del Intermedio Tardío
para el ultimo de ellos (Lavallée y otros 1982:55).
2. La
ubicación estratégica de las cuevas altoandinas de
Junín y Pasco, en lugares de amplia visibilidad que permitiría
el control de los rebaños de camélidos, ya sean para
cazarlos o para estar al cuidado de los pastores ha sido mencionado
para las cuevas de Pachamachay, Uschcumachay y Tilarniocmachay (Matos
1992).
3.En
nuestra visita realizada en el año 1999 y posteriormente
en el 2004, no pudimos observar material cultural en superficie,
sin embargo Hurtado de Mendoza en sus exploraciones de los años
1975-76 señala que los abrigos rocosos del "Bosque de
Piedras" de Huayllay presentan restos líticos (Hurtado
de Mendoza: 1977). Es posible que esta situación se deba
a una depredación de los yacimientos.
4. Pachamachay
y Panaulauca, cuevas con contextos domésticos bien documentados,
presentan 12 y 18 metros de longitud respectivamente de la cámara
interna (Matos 1992).
5.
Nosotros asumimos que este panel representa las distintos estadíos
de edad de los camélidos debido a la importancia económica
que cumplieron estos animales en las economías altoandinas
y el variado uso que se puede hacer de ellos en sus variados momentos
de crecimiento, sin embargo nuestro guía, Don Máximo
Roque, nos señaló que se trataba de una familia, donde
se representa a la cría, la hembra y el macho. Este argumento
es aceptado por diversos comuneros señalando que se ha pintado
al padre, la madre y el hijo.
6.
Es conocida en la iconografía andina, que las imágenes
de fauna no siempre coinciden con la fauna local. Ya Miller y Burguer
llamaron la atención en Chavin sobre este aspecto, señalando
que ocurre un acto de mistificación ideológica de
la fauna exótica en la región (Miller y Burguer 1995)
7. Matos
y Rick (1978-80) quienes realizaron prospecciones en busca de sitios
Precerámicos en las punas de Junín señalan
que el arte rupestre abundan en campamentos ubicados en las zonas
marginales dedicados a la caza de vicuña, siendo este nulo
en los campamentos base, donde se encuentra la mayor concentración
de restos culturales. Rick (1983, 2000) observa una recurrencia
de pictografías en sitios con poca densidad de material cultural,
sugiriendo que el arte rupestre se realizó fuera de la vida
cotidiana (Rick 2000: 16). A su vez, Rick señala que los
camélidos en actitud de correr están huyendo de cazadores
(Rick 1983: 184-185, figura 54).
8. El
enqaychu protege el animo o fuerza vital de los animales, sus formas
pueden variar pero siempre tienen el mismo significado profundo,
su origen es divino y son importantes para el bienestar del ganado
del que los detecta (Gow 1974: 67)
9.
La imagen del felino y la plasmación de sus atributos en
diversos soportes empieza a ser un estilo frecuente en los Andes
desde el periodo formativo, donde aparece junto a los centros ceremoniales
(Fujii 1987, Miller y Burguer 1995).
10.
En el diagrama cosmográfico de Santa Cruz Pachacuti, una
tigrilla, llamada Kuwa, es representada a un lado de una nube soplando
granizo (Santa Cruz Pachacuti 1993 [¿1615?])
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo
citar este artículo:
Maita
Agurto ,Patricia.
Pictografías
de camélidos en el Santuario Nacional de Huayllay, Pasco.
En
Rupestreweb, https://rupestreweb.tripod.com/camelidos.html
2005
AGRADECIMIENTOS
A Máximo Roque y Dalia
Roque, guías y grandes conocedores del Santuario Nacional
de Huayllay, por su apoyo, paciencia y hospitalidad gentilmente
brindada durante mi pequeña estancia en Huayllay. Al Club
Unión Huayllay, Cooperativa Huayllay, Huguette Pablo, Melina
Zurita y Amaro Fernández por las gestiones y facilidades
otorgadas.
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