COLOMBIA / EXPOSICION


Exposición: Colombia rupestre Museo de museos Colsubsidio. Bogotá, febrero 14 - junio 1 de 2001

Sede: Calle 26 N¼ 25 - 42 Tel. 3432668 - 3432669 Fax:3402690 Email : museocolsubsidio@ usa.net / Entrada libre.Martes a sábado de 9:00 a.m. a 6:00 p.m.

 

A partir del 14 de Febrero, el Museo de Museos reinicia sus actividades del presente año con la exposición “COLOMBIA RUPESTRE” la cual forma parte de “COLOMBIA RUPESTRE Y PREHISPçNICA” Esta primera fase corresponde a los momentos del grabado y la pintura en piedra, en Colombia. Estarà abierta hasta el 31 de Marzo para dar paso a la segunda parte, “Colombia Prehispánica” desde el 20 de Abril.

La exposición presenta, en fotografías, los mejores ejemplos del arte rupestre en las zonas investigadas por el Instituto Colombiano de Antropolog’a e Historia - ICANH, y los trabajos de importantes investigadores (F. Urbina, A. Botiva, G. Muñoz, E. Bautista, D. Martinez, M. Puerta, A. Martinez y C. Bateman) dedicados al estudio, registro e interpretación de petroglifos y pictografías rupestres de nuestro país. Esta selección fotográfica está complementada con mapas de contexto y cuadros explicativos de la historia, tanto de este arte como de la investigación misma. En este aspecto se refiere a nombres tan importantes como Van Der Hammen, Correal, Reichel Dolmatoff y, de allí para atrás, hasta la Comisión Corográfica y los primeros intentos de descripción y registro de estos importantes vestigios de nuestro pasado.

ARTE RUPESTRE EN COLOMBIA

“El arte es una experiencia fundamental. Surge en los albores de la necesidad de expresión del hombre...” Esta afirmación del profesor Sigfried Giedion ilustra la afirmación acerca de la cual el hombre manifiesta su humanidad a través de formas visuales (perfil y color). De ahí la consideración, entre las muchas teorías que intentan una ubicación del origen del arte, de que este fue una necesidad de materializar un propósito mágico o de comunicación con fuerzas sobrenaturales. Por consiguiente, es de común aceptación que el hombre ha sentido la imperiosa necesidad de construir un medio de expresión de su vida interior desde el momento en que el desarrollo de su inteligencia le permitió separarse de su pasado animal.

El arte rupestre es la muestra más antigua de este tipo de manifestación. Aunque es una de las últimas expresiones artísticas que ha ocupado el tiempo de los investigadores, también es cierto que implica la atención de diversas disciplinas: arqueología, etnografía, sociología, ecología, historia,, lingüística, además de la de artistas y teóricos del arte.

La presente exposición intenta mostrar algunos de los importantes ejemplos de este tipo de expresión en el territorio colombiano. No sabemos si plástica o estética. No podría afirmarse si mágica o casual. Sin embargo, no puede negarse en esos rastros, el seguro impacto del mundo sobre este intérprete y transmisor de realidades. No deja de asombrarnos, también, su capacidad de síntesis para la elaboración de los símbolos necesarios a la comunicación de sus pensamientos.

Aunque en todo el territorio colombiano se pueden encontrar ejemplos de arte en la roca, esta muestra hace énfasis en las regiones de Caquetá, Cundinamarca y Boyacá, por ser las zonas donde se ha realizado el mayor nœmero de registros y las investigaciones más exhaustivas. El resto del país está aún por descubrir para este propósito a pesar de estudios aislados y de esfuerzos particulares.

La muestra aporta, además, un resumen de la historia de la investigación, de las técnicas de registro y de los resultados obtenidos y se da la oportunidad al público de conocer y, luego, tratar de comprender esas formas y ese lenguaje. También se intenta rescatar el respeto por estos grafismos pintados o grabados, como el œnico documento que podr’a ilustrarnos acerca de ese remoto pasado. Por último, se invita a a dejarse cautivar por la belleza de las formas y por el misterio de su significado.

 

DEFINICIONES Y TÉCNICAS

En principio podemos considerar arte rupestre a todas aquellas manifestaciones gráficas y escultóricas del ser humano, registradas sobre piedra, producto de su necesidad de expresión y comunicación interior. Para la historia contemporánea han adquirido calidad de documento histórico, toda vez que narran los acontecimientos cotidianos de las sociedades primigenias o, según la gran mayoría de los investigadores, la materialización de sus preocupaciones cosmogónicas y mágicas.

Estas expresiones gráficas se pueden encontrar en diferentes tipos de espacios: abrigos rocosos o cuevas, a ras de tierra o en formaciones rocosas al aire libre. Los materiales utilizados y el proceso de aplicación (en caso de las pinturas) varían, aunque no ostensiblemente, de acuerdo con los lugares de elaboración. Según la técnica empleada para el trabajo en piedra se reconocen los petroglifos , las pictografías, los geoglifos y el arte mobiliar; este último será considerado más extensamente cuando se trate el tema del arte prehispánico en Colombia.

Petroglifo: Se denomina así a los dibujos realizados sobre las rocas por proceso de grabado o incisión. Los trazos se consiguen por percusión o raspado utilizando herramientas de mayor dureza que la roca soporte, de tal manera que se permita la ruptura de la pátina superficial de oxidación de la piedra.

Petroglifo. Sasaima (Cundinamarca). Martínez, 1998.

 

Pictografía: Se llama de esta manera a los dibujos realizados mediante la aplicación de pinturas, generalmente pigmentos de colores con aglutinante vegetal, acuoso o aceitoso. La pintura se aplica con instrumentos tales como hisopos o pinceles aunque también se utiliza el sopleteo o estarcido para obtener improntas ( huellas) de manos estampadas en negativo o, en algunos casos, el estampado directo de manos impregnadas en el colorante. Los pigmentos utilizados varían desde el rojo obtenido a partir de óxidos de hierro en diferentes combinaciones y cinabrio en estado natural hasta colorantes vegetales y minerales blancos, amarillos y negros.

Pictografía. Río Farfacá (Boyacá). Andrea Martínez &Catalina Bateman,2000.

 

Geoglifo: Se conoce con este nombre a las figuras dibujadas a gran escala y en amplios espacios de superficie del suelo, en laderas de cerros, en quebradas, o en terrazas formadas por los cauces de los ríos. Se ejecutan a través de la técnica de remoción de la superficie en líneas de diseño que permiten diferenciar su color del color del fondo del suelo o, por acumulación de piedras de color contrastante con la superficie seleccionada. Este es la única manifestación de arte rupestre que no se ha detectado en el suelo colombiano. En el continente americano pueden localizarse en Chile, Perú y Venezuela.

 

TEORÍAS DEL POBLAMIENTO AMERICANO

El proceso cultural de los diferentes grupos pobladores del continente americano se desarrolló de forma diferente, en cada una de las regiones. Los asiáticos que penetraron a América por el estrecho de Bering en la œltima glaciación, continuaron su vida nómada hasta hace unos 8.000 años, hasta cuando algunos de estos grupos adoptaron un tipo de vida más sedentario, quizá por una dependencia de los productos agrícolas, entre los cuales la yuca, el maíz y la papa, formando la base de este avance cultural llamado civilización. Consecuentemente se ocasionó un aumento de población que condujo a una vida urbana con actividades y controles sociales desarrolladas dentro del marco de una sociedad estratificada con cohesión política territorial, código de leyes, sistemas formalizados de simbolismo religioso, arquitectura urban’stica y de obras públicas (caminos, canales o terrazas de cultivo). Aquí también se debe mencionar la invención de la escritura o cualquier otro sistema de notación abstracta.

La base de esta evolución social, intelectual y artística es indudablemente la agricultura y el advenimiento de la civilización la cual dependía, en alto grado, de la eficaz utilización de las tierras y de la calidad y cantidad de las cosechas obtenidas.

Estos conceptos de civilización se desarrollaron, en América, en una región muy limitada, en la zona de mesoamérica (sudeste de México, Guatemala y Honduras Occidental) y en los andes centrales (Perú, Bolivia noroccidental, parte de Ecuador, Argentina y Chile), denominada por los arqueólogos como América Nuclear. Fue en estas dos áreas donde durante 3.000 años evolucionaron las grandes civilizaciones indígenas, aproximadamente a partir del 1500 aC hasta que los españoles pusieron fin a este desarrollo.

En medio de estas dos grandes áreas de civilización aborigen, se extiende la llamada Area Intermedia, formada por América Central, Colombia y parte de Venezuela y Ecuador. Aquí nunca surgieron grandes imperios, solo había cacicazgos, a lo mejor estados incipientes, esparcidos sobre las vertientes de las cordilleras o en las ardientes llanuras de la costa. De estos asentamientos y de la actividad humana desarrollada aquí, raras veces perduraron ruinas o grandes monumentos. Esto incidió en el desinterés exploratorio de los pocos vestigios que quedaron dispersos de este modo de vida simple de recolectores y pescadores.

Hasta hace algunas décadas, al introducirse a la arqueología una visión esencialmente antropológica, los vestigios de estas culturas sencillas comenzaron a adquirir importancia. Los arqueólogos comenzaron a interesarse en procesos como los orígenes de la agricultura, la evolución de las pautas de asentamiento, la adaptación ecológica, la transición del cacicazgo al estado entre otros aspectos que antes se ignoraban por completo. Colombia, por su posición geográfica, es zona de contacto entre dos focos culturales de importancia, como lo son México y Perú. Esto hace que adquiera importancia en las investigaciones que tratan de interrelacionar las culturas indígenas americanas.

En las crónicas de la Conquista, hay descripciones de las ciudades y construcciones líticas de los taironas, de los túmulos y templos del Sinú, de los cercados y santuarios de los Muiscas, así como de algunas obras de irrigación, en diferentes regiones del país, pero estos vestigios tuvieron escaso interés para los españoles. La destrucción de los ídolos y templos fue fácil, por el material perecedero de elaboración.

Sin embargo, la huella dejada por esos primeros pobladores, será la pista a seguir por los investigadores para sacar de las tinieblas ese remoto pasado y la historia que permitirá descifrar ciertos códigos necesarios a la comprensión del presente. El papel de estos pueblos como creadores y transmisores de estímulos culturales procedentes de diversas direcciones operaron en diferentes épocas y son material de estudio cuyo valor aún está por descubrirse.

 

SEÑALES EN LA ROCA

El origen del arte rupestre se remonta a casi 30.000 años con los inicios del Paleolítico Superior en Europa y abarca todas las regiones del planeta que son o han sido habitadas por el hombre. En algunas regiones de África y de Australia y en la selva colombiana, este arte sigue practicándose hasta los tiempos actuales. Para los investigadores, es indudable la relación de la actividad creadora con el proceso de civilización, es decir, el asentamiento organizado implicaría una proliferación del interés en “marcar” las piedras a través de dibujos grabados o pintados con intenciones de representación abstracta, naturalista, simbólica con fines rituales, o simples trazos espontáneos y casuales; las hipótesis de los investigadores presentan, como estas, infinidad de posibilidades pero seguirán, seguramente por mucho tiempo, siendo hipótesis y estos símbolos seguirán siendo “documentos mudos que poco aportan al establecimiento de las secuencias culturales indispensables para la comprensión de nuestra historia.”

Ahora, en Colombia, el estudio de los signos rupestres o arte en la roca se ha realizado desde épocas recientes y, generalmente, de forma aislada. Lo encontrado, que sobrepasa cualquier cálculo inicial, presenta un indudable valor estético, inspirador, a su vez, del trabajo de intelectuales y artistas contemporáneos que recrean estas formas antiguas con miradas actuales. Sin embargo, el arte rupestre, como todas las manifestaciones artísticas del ser humano a lo largo de la historia, se constituye en un elemento de gran valor para el estudio del comportamiento humano, de los propósitos de su vida, de sus temores y esperanzas.

El persistente misterio que envuelve estos signos es un aliciente para los investigadores que han logrado incluir a Colombia en la comunidad científica internacional cuyo propósito es establecer las conexiones entre el arte rupestre y la historia de los pueblos desde los momentos en que empezaron su peregrinación en busca de su subsistencia. Es así como los estudios arqueológicos han encontrado vestigios de la existencia de los primeros cazadores y recolectores en esta esquina de Suramérica hace, aproximadamente, 12.400 años en el sitio conocido como El Abra (cerca de Zipaquirá). Los arqueólogos Gonzalo Correal y Van der Hammen hallaron guijarros y fragmentos de carbón vegetal que indican esos antiguos poblamientos. Sin embargo los restos humanos con mayor antigüedad son los hallados en el sitio de la hacienda Aguazuque de la zona del Tequendama, donde estos mismos arqueólogos lograron establecer dataciones con Carbono 14 de 5025 años de antigüedad.

 

ARTE RUPESTRE EN CUNDINAMARCA

En cuanto a los petroglifos ubicados en el departamento de Cundinamarca, estos han sido atribuidos a las etnias Panches, descendientes de los Karib, grupos que migraron al territorio alrededor del año 1.000. Según esta versión dichas etnias inician su recorrido entre los ríos Tapajo y Xingu en el actual Brasil. Bordeando la costa hacia el occidente penetraron el territorio colombiano ascendiendo por el valle del Río Magdalena. En un proceso muy largo pero intenso, se fueron enfrentando con los grupos que hallaron en su recorrido. Los cronistas reseñan en sus observaciones las luchas que ya sobre el siglo XVI se efectuaban en territorio de los Muiscas, tradicionales habitantes de la zona centro oriental.

Pocos sitios de arte rupestre han sido fechados. Aunque, un fragmento de pintura roja, asociado con restos cerámicos y de carbón, se han datado con fecha de 3.360 años (Correal, 1997)

La alta concentración de rocas con petroglifos, sus similitudes estéticas con las otras zonas del país, la cercanía entre las representaciones formales de las pictografías y los grabados, la variedad de muestras cerámicas y la complejidad de historias campesinas alrededor del tema rupestre hace entender que las investigaciones realizadas en este territorio en torno al arte rupestre, no son aún suficientes para explicar el comportamiento cultural de los grupos humanos que elaboraron ese lenguaje.

 

MITOS, RITOS Y PETROGLIFOS EN EL RÍO CAQUETÁ

Fernando Urbina Rangel

El espíritu amerindio aún sobrevive en la palabra, en el gesto y en el obraje de los Sabedores indios sobrevivientes del mayor genocidio de la historia, y en las realizaciones de aquellos que por haber grabado sus obras en la piedra perduran más allá del silencio”.

Todos somos los mismos hombres porque todos salimos de los trozos de la misma boa. Todos los grupos somos iguales como iguales fueron los pedazos en que fue repartida la gran culebra. Tanta fue la prudencia en el reparto que, el trozo central donde la boa es más gruesa, no se tocó en la distribución sino que, cortando desde los dos extremos hacia el centro, al llegar a la parte gruesa se la dejó intacta para no cometer injusticias". Don José García de la nación Muiname

Este mito narra cómo los hombres vinieron en el vientre de una gran serpiente, la Anaconda Ancestral. Esta Canoa-culebra ascendía desde el mar creando los ríos y dando origen a los hombres al segmentarse su cuerpo. También sale de ella la pareja de tambores rituales -el Maguaré-, cuyos toques convocan al rito del Yadiko, que es la danza de la Serpiente Ancestral.

 

Posible representación de serpiente con cabeza humana. Río Caquetá. Fernando Ubina Rangel.

 

Otro relato nos habla de cómo los primeros hombres, luego de salir del Hueco-del- origen (un útero cósmico) dejaron los ombligos en la laguna donde se bañaron al nacer. Estos apéndices se juntaron para dar origen a la Serpiente Ancestral, donde reside el secreto de los NOMBRES. Los recién nacidos se dispersaron por la tierra, pero tuvieron que regresar por haberse ido sin nombres (esencia). Para conseguirlo, tuvieron que capturar a la Serpiente y repartir su cuerpo. Se marcharon de nuevo, pero tuvieron que retornar, pues carecían de las HISTORIAS DEL ORÍGEN y de las PLANTAS RITUALES (coca y tabaco). Ya en posesión de estos poderes, pudieron convertirse en verdaderos hombres: tener un nombre, saber su historia y usar las plantas sagradas...

La tradición de la Serpiente Ancestral en la Amazonia es muy rica en variaciones. Tenemos, por ejemplo, el mito uitoto de Dïjoma, en el que se narra la historia de un hombre que primero se transformó en boa y luego en águila, generando así la idea del Hombre-serpiente-águila. Este conjunto de creencias dio origen, especialmente en las culturas centroamericanas, a una gran profusión de representaciones.

Los grupos indígenas actuales representan con frecuencia estas tradiciones en diversos utensilios de uso ritual y doméstico. Es el caso de una serie de decoraciones sobre tela de corteza donde, además de las líneas almenadas (representación tradicional de la Serpiente Ancestral) aparece la imagen de una cruz. Con esta figura se alude a los cuatro ancestros de la humanidad que no son otros que los cuatros grandes segmentos en que se divide la Serpiente del Origen.

 

DOCUMENTACION DE ARTE RUPESTRE

Diego Martínez C.

Diversas labores de registro en campo se llevan a cabo para obtener documentos de consulta de alta calidad y material suficiente para realizar análisis posteriores.

Para lograr reconstrucción que se ve abajo se integraron digitalmente las técnicas de 1.Dibujo, 2.Frottage o calco, 3.Fotografía, 4.Localización y levantamiento general.

Transcripción computarizada de la roca "El Palco", en Tibacuy (Cundinamarca). Se aprecian las diversas labores de registro. Diego Martínez C. 2001.

 

1. DIBUJO :Esta tèécnica tradicional, ha venido siendo utilizada desde mediados del siglo XIX. A pesar de los adelantos tecnológicos, el dibujo sigue considerándose parte escencial en las labores de documentanción del arte rupestre. Por medio de él se logran describir detalles que ni la fotografía o el calco pueden registrar. Para su aplicación se requiere de entrenamiento y concentración, sin embargo, esta técnica carece de exactitud, ya que el resultado depende del punto de vista y condiciones de percepción de cada dibujante.

Sector de la roca "El palco" por Lázaro M. Girón,1882

Transcripción de el mismo sector de la roca "El palco" por Diego Martínez, 1993

 

2.CALCO : La transcripción directa de los motivos, sobre la superficie de la roca, permite obtener copias de igual tamaño y car‡cter del trazo del original. En la documentación de pictografías se utiliza un material transparente para visualizar los motivos; para los petroglifos se ha desarrollado el frottage que registra las formas con alta fidelidad. Sin embargo estas técnicas deben emplearse con mucha cautela y profesionalismo ya que al tener contacto directo con la roca pueden alterarse sus condiciones originales lo que impedir’a análisis posteriores y pondría en peligro su conservación.

Frottage de un sector de la roca “El palco” Elaborado por estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, 1993

 

3.FOTOGRAFÍA: Por medio de esta técnica es posible registrar una gran cantidad de información útil para el investigador de arte rupestre; desde la apariencia formal de los motivos, su textura, color y particularidades de la técnica de elaboración, hasta su estado actual de conservación. Esta es una labor tecnificada que requiere gran inversión de equipo y materiales. La fotografía es ideal para documentar sitios rupestres sin necesidad de tener contacto directo con su superficies. Desde el punto de vista de la conservación es la técnica más recomendada.

Fotografía en papel y diapositiva de un sector de la roca “El palco"”, D. Martiíez, 1996

 

4.LOCALIZACIÓN Y LEVANTAMIENTO : Los motivos rupestres están inscritos en la roca y ésta a su vez en un entorno geográfico determinado. Para aproximarse a comprender el contexto cultural del arte rupestre, el investigador tiene, que describir la totalidad del sitio y su localización precisa en un mapa. Para lograr este fin realiza mediciones, dibujos y anotaciones con técnicas descriptivas y topográficas.

 

Mapa de ubicación de una zona de arte rupestre. Cumaca, Tibacuy. Segœn Martínez, Mu–oz, Trujillo, 1998.

Esquema general del yacimiento, reconstrucción descriptiva y volumétrica. Piedra “La iglesia” Sibate. Según Martínez, Muñoz, Trujillo, 1998.

 

 

 

 

2001

 


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